Los entornos virtuales de aprendizaje (EVA), surgen de las necesidades aparecidas en la sociedad de la información y de la posibilidad de generar, transformar y transmitir informaciones con la vista puesta en los aspectos educativos.

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Un entorno virtual (también llamados aulas virtuales) surge de la necesidad de imitar la realidad de forma virtual, en este caso, un salón de clases o en torno de aprendizaje y de posibilitar las relaciones entre alumnos y con un docente en este entorno.

¿Qué son los Entornos Virtuales de aprendizaje (EVA)?

Un entorno virtual es un software que, habitualmente, está instalado en un servidor o intranet que se encarga de mantener, gestionar, almacenar, etc., actividades de formación virtual. Estas formaciones pueden darse en un entorno 100% virtual o como apoyo a formaciones presenciales, aunque lo importante es que faciliten al alumno el progreso en el proceso de aprendizaje. 

Un ejemplo de este tipo de softwares es CloudLabs, el más avanzado entorno virtual de aprendizaje para las áreas de ciencias naturales, química, física, matemáticas e ingenierías que integra el uso de las tecnologías de la información a través del concepto STEM.

También pueden tener:

  • Herramientas y tareas tanto para individuos como para grupos
  • Establecen espacios para tutorizar, comunicar, debatir y dar o recibir feedback
  • Pueden crear informes sobre la evolución del aprendizaje
  • Cuentan con espacios de gestión e intercambio de información y actividades
  • Permite establecer diferentes roles para gestionar y visualizar la información

¿Qué aportan los entornos virtuales de aprendizaje a la educación?

Comencemos con el cambio de roles que se producen en el profesor y el alumno, pues mientras el primero se convierte en un guía y en alguien que dirige y propone recursos más allá de transmitir conocimientos, el segundo, gracias a la flexibilidad de los EVA, fomenta su propia responsabilidad, la implicación, colaboración y la interacción en un entorno que facilita el aprendizaje activo y colaborativo y que, además, permiten crear redes de conocimiento y aprendizaje.

 Los EVA, funcionan como refuerzo de modalidades presenciales o bien en entornos totalmente virtuales, permitiendo trabajar y vincular nuestras actividades con competencias tecnológicas que nos permitan, por ejemplo, generar, compartir o tratar información. 

Además, por su vínculo con las TIC, podemos trabajar competencias que formen parte del entorno virtual y esto, a su vez, permite evaluar en el propio EVA aspectos relacionados con el desempeño de los alumnos como la participación activa, interacción, gestión e intercambio de información, etc. Por último, los entornos virtuales han facilitado a muchas personas la formación continua.

Como todas las innovaciones tecnológicas, los entornos virtuales siguen evolucionando. Como muestra de ello, la fundación Bill & Melinda Gates financió una investigación para buscar un Entorno virtual de aprendizaje que fuera el ideal para los estudiantes. Y tú, ¿ya utilizas los EVA en las aulas de clase?.